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Archivos Mensuales: abril 2011

INTRODUCCIÓN

Creo que cada vez más se está creando una conciencia mundial de que por la agricultura pasan casi todos los problemas que enfrenta hoy la humanidad: la energía, los alimentos, la calidad ambiental, la justicia social. Esa alianza entre lo rural y lo urbano, ese salto de conciencia que se tiene que dar, es muy importante y la agricultura va a jugar un papel fundamental.

La agroecología es una ciencia, no un sistema de producción ni una técnica, que se nutre de la ecología y de otras ciencias occidentales; no negamos la importancia del estudio de los suelos, la entomología, la fitopatología, pero sí negamos esa visión unidimensional, reduccionista, de las ciencias agronómicas. Es una visión que integra las ciencias agronómicas con las disciplinas sociales, como la sociología, que proveen los principios sociales para nutrir la agroecología, pero también el conocimiento tradicional de los agricultores, no solamente los conocimientos milenarios -que los hay en América latina- sino los que muchos agricultores tienen porque se han transmitido de generación en generación. Se crea entonces un diálogo de saberes entre dos tipos de conocimiento; de allí se extraen principios, y esos principios, a través de un proceso participativo de gestión de tecnología e investigación, permiten determinar tecnologías específicas del sitio.

Es muy importante entender esto, porque la agroecología no trabaja con recetas, como lo hace la agricultura orgánica. En Chile cada uno de los grandes agricultores orgánicos tiene su vademécum de tecnologías que no comparte con nadie y básicamente están siguiendo el mismo enfoque que la agricultura convencional, pero con tecnologías alternativas.

Nosotros planteamos principios fundamentales que forman normas tecnológicas según las condiciones ambientales, sociales y económicas imperantes en cada zona y son específicas del sitio. Pero para que la agroecología forme esta base científica alternativa a la agricultura tradicional, industrial, y se transforme en una agricultura sustentable como objetivo del desarrollo cultural y social no solamente se necesitará la parte tecnológico-científica, sino la participación de otros vectores como las políticas, los mercados alternativos, los insumos alternativos, las redes de agricultor a agricultor, alianzas institucionales, lo cultural, lo espiritual, etcétera.

 
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Publicado por en 18 abril, 2011 en Sin categoría